Las armas y las letras
Esta semana ha seguido la guerra de Ucrania siendo un tema dominante de la actualidad, pero en el Instituto Cervantes de Viena también hemos vivido momentos muy especiales
Buenos días!
Espero que hayas pasado una semana estupenda. La mía, la verdad, ha sido bastante atareada, se me ha ido en un suspiro.
Supongo que tiene que ver con que los días son cada vez más largos y el verano, más que anunciarse, ha llegado ya. Un poco precoz, es cierto.
Esta semana hemos alcanzado los treinta grados en Austria por primera vez en 2022.
#Mama Stefanía
La semana que viene se cumplirán tres meses (noventa días) de la guerra provocada por la Federación Rusa mediante la invasión de Ucrania.
Fue el 24 de febrero pasado cuando nos despertamos con la terrible noticia de una guerra en suelo europeo.
Desde entonces, la vida del continente y, sobre todo, las dinámicas de poder, han cambiado totalmente. Aunque de eso, hablaremos más adelante.
Uno de los efectos más sorprendentes de la guerra ha sido la avalancha de solidaridad hacia la pobre población de Ucrania, machacada por las tropas rusas. Sobre todo en los países limítrofes.
Se ha manifestado de una forma imprevista en la victoria de Kalush Orchestra, el grupo que Ucrania envió a representar al país a Eurovisión. La canción “Mama Stefania” se ha convertido en un himno, que ya cantan los soldados para intentar acallar el estrépito de las bombas.
El festival de Eurovisión se ha convertido en los últimos años en un evento de importancia global, y ha sido así por un esfuerzo constante (y muy bien hecho) de marketing. Tanto es así que, como yo dije en este post, debería ser estudiado en todas las escuelas de mercadotecnia.
Eurovisión desencadena fuerzas (benéficas, en mi opinión) que pueden ser utilizadas muy eficazmente en el ámbito de la promoción cultural.
Que el Eurofestival ha dejado de ser cosa de frikis para convertirse en un acontecimiento transversal que no deja indiferente a nadie, ya es indiscutible.
#Suecia, Finlandia, Turquía y la neutralidad austriaca
Esta semana se ha hablado mucho de la incorporación de Suecia y Finlandia a la Alianza Atlántica. Los dos países nórdicos, tradicionalmente neutrales, han decidido integrarse en el aparato de defensa fundado por los Estados Unidos en la posguerra mundial.
Las dos naciones han motivado su propósito con la amenaza que, para ellos, podría suponer en el futuro un cambio en la brújula del expansionismo ruso. De momento, Vladímir Putin, en su mejor estilo de matón de barrio, ya ha dicho que “Rusia no tiene ningún problema con esos dos países”. Los afectados no parecen creerle mucho. Quien sí lo tiene es Turquía, miembro de la Alianza y, por lo tanto, con derecho de veto.
El Gobierno turco ha vetado de momento la incorporación de Suecia y Finlandia a la Alianza por pleitos con sus dos Gobiernos a cuenta de personas pertenecientes al PKK (organización separatista kurda) que están refugiados, según Ankara, en el norte de Europa.
De rebote, la incorporación de Suecia y Finlandia a la OTAN ha puesto sobre la mesa el problema de la neutralidad austriaca y, sobre todo, su cada vez más dificultoso encaje en una Europa que, a su alrededor, ha iniciado un proceso de rearme y de fortalecimiento de sus ejércitos.
La neutralidad está fuertemente integrada en la conciencia nacional austriaca, tanto es así que la Fiesta Nacional austriaca (Nationalfeiertag) conmemora eso exactamente: la aprobación de la neutralidad austriaca.
Mientras los expertos hablan de la casi completa indefensión de Austria en el caso de un conflicto bélico, cada vez hay más voces (y de más peso) que animan a un debate serio sobre la neutralidad, que es tanto como decidir sobre el papel de la nación austriaca entre sus pares.
#Economías y dolores
Sobre todo los que atacan más al bolsillo.
La inflación interanual, según Statistik Austria, se ha situado en abril en el 7,2%. Una cifra altísima (sobre todo para una economía rica y estable como es la austriaca) que está mordiendo los monederos de las personas que vivimos en Esta Pequeña República. Desde hace más de cuarenta años no tenían que enfrentarse los austriacos a un quebranto semejante en su poder adquisitivo.
Las causas son, sobre todo, la subida de los carburantes y de algunos productos alimenticios (no sabemos aún cómo influirá la guerra en la cosecha de cereales de Ucrania).
Otro aspecto es el gas. El famoso gas. Un insumo vital para la fabricación de determinados productos.
Aquí te conté el paquete de medidas del Gobierno austriaco para enfrentarse a una eventualidad cada vez menos descartable: que el Gobierno de la Federación Rusa decida cortar el suministro de gas a Europa occidental.
Ya lo ha hecho selectivamente, para subir el precio en los mercados internacionales y tratar de tapar el agujero que las sanciones están suponiendo en una economía rusa que se enfrenta a la recesión más grande desde la guerra fría.
Los desastres de la guerra.
#Ciencias y musas
Esta semana, en el Instituto Cervantes de Viena, he tenido la ocasión de conversar con tres personas excepcionales.
El martes 17 de mayo, en el Palais Wiener von Welten (Schwarzenbergplatz 2), sede del instituto, Iñaki Úcar y Almudena Martín Campos nos explicaron el trabajo detectivesco que les llevó a proponer una hipótesis muy plausible que explica uno de los grandes misterios de la música: el de los “tempi” de Beethoven.
En este video
podrás ver lo que ninguno de los asistentes a la charla vio: el making of.
Se trató de un momento histórico, porque el Cervantes Inauguró una serie de encuentros con las ciencias que llevarán al Instituto a destacadas voces del ámbito científico hispanohablante.
El miércoles 18 de mayo, tuve el placer de conversar con Luna Miguel, en la inauguración de otro ciclo de charlas: El Jardín de las Musas. Estarán dedicadas a la poesía.
Especial mención merece aquí, aparte del interés de la charla, que hizo las delicias de los asistentes, la asistencia del que, probablemente, fue el miembro más joven del público: Ulises, el hijo de Luna, de seis años, que nos dejó a todos absolutamente admirados con su humor, su imaginación y su paciencia.
Esto ha sido lo que ha dado de sí la semana. Nos vemos el próximo viernes.